Se encuentran ahí, discretos e inofensivos. No llaman la atención porque no lucen una estética peculiar pero no me cabe duda de que los llamado seriéfilos son una tribu urbana, una de las más recientes y donde se fusionan los dos elementos más importantes de la actual sociedad contemporánea: la televisión e Internet, especialmente en la dimensión de redes sociales.
En su idioma, los anglicismos son imprescindibles, tal vez por la devoción hacia la ficción extranjera, que procuran seguir en versión original. Cuando siguen una serie, saben todo sobre ella: desde la anécdota del chico de meritoriaje a todos los detalles de todos de los capítulos. Ello no impide que ejerzan un pensamiento crítico sobre las series.
Son tremendamente grupales. Gustan de reunirse con iguales para intercambiar opiniones y debatir sobre sus series favoritas o no. Por lo que conozco, su abanico de edades es amplio y todo apunta a que no se trata de una moda pasajera, sino de un movimiento que tendrá su recorrido.
Habrá que estar atentos a ellos.
