Carecíamos de plan alguno. Sólo queríamos hacer algo parecido a un jardín. Nuestra ignorancia era suficientemente grande para saber que no lograríamos hacer un jardín, así que nos conformábamos con hacer algo parecido a un jardín.
Incluso sabiendo que hacer era demasiado jactancioso, porque buena parte del mérito no sería nuestro, sino de la naturaleza.
Pero nos mantuvimos firmes en nuestra idea.
Decidimos el lugar y cada uno planto algo. No había más plan. Plantamos y dejamos crecer; después algunos retoques, como el arco si bien se había plantado desde el principio.
Y así quedo, asalvajado, uniéndonos a todos con nuestras diferencias.
Ahora, cuando nos reunimos para verlo comentamos pequeños cambios, nos sorprende ver el crecimiento de las plantas y nos maravilla comprobar que habrá algo que perdure más allá de nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario