sábado, 25 de agosto de 2012

Yo no soy Bolinaga

Yo no soy un Bolinaga cualquiera, que sabiendo que una persona se encuentra en peligro de muerte sonría y mira hacia otro lado, como sucedió con Ortega Lara
Así que si de verdad se encuentra en la fase terminal de un cáncer, que se cumpla la ley, que viva sus últimos días en su casa y en paz, si es que su conciencia lo permite.
Porque si por algo es superior la democracia a la dictadura de los etarras es porque se trata del imperio de la ley. Una frase muy rimbombante que significa que las normas se aprueban y se cumplen según su enunciado. Se respetan y, si no gustan, se cambian desde dentro de la ley. 
No a base de tiros.
Por eso la democracia es superior a los terroristas. Por eso la pataleta de Bolinaga representará la enésima derrota de ETA frente a los demócratas.

El Niemeyer, compás de espera



Supongo que, en el futuro, los historiadores analizarán con detalle los pocos meses que Foro Asturias gobernó en Asturias. No creo que exista en la historia un gobierno con semejante récord de despropósitos e inutilidad. Y más si le ponemos la vitola de superman con la que los simpatizantes y votantes jaleaban, y jalean, a su lider (sobre)natural.
Pero, mientras llegan ese momento, a los asturianos nos recomponer el destrozo, como sucede con el Centro Niemeyer en Avilés. Lo estamos viendo estas semanas. A la primera programación que proyectaba la imagen de la región y traía propuestas de interés, pasó un método de trabajo donde no se mimó lo que había interesante (las dos exposiciones, por ejemplo) y se competía con los centros culturales del entorno.
Ahora, esperamos conocer antes de fin de año los nuevos nombres, la cartelera que permitirá que el Centro Niemeyer vuelva a ser lo que fue. 
El camino es duro. La ciudad ha perdido buena parte de la primera ilusión; apenas hay fondos públicos y la legión de los resentidos sigue alimentando su discurso de fanatismo y de odio.
El futuro será diferente a esa primera etapa, pero no tiene que ser peor. Como se exclamó en el Desembarco de Normandía: "No hemos llegado hasta esta playa para morir aquí".

El tuitter de los políticos



Si yo fuese político, también tendría un tuiter. Un tuiter muy molón para dar gracias a los votantes y simpatizantes, al equipo de campaña y opinar sobre los otros partidos. Uno tiene la impresión de que un tuiter de los políticos vale lo que cinco ruedas de prensa y cien comunicados. En general, uno tiene la impresión que una tontería en un blog, o en un comunicado, queda en eso, en tontería, mientras que en el tuiter puede llegar a ser considerado un error. Incluso hasta un pensamiento brillante.
Existen muchas razones para que un político tenga su tuiter. Rápidamente, se me ocurren cuatro:

  1. Te da la imagen de hombre, o mujer, moderno, o moderno; que conoce y usa las nuevas tecnologías. Una persona de su tiempo, vamos.
  2. Te concede una idea del interés que genera tu figura, incluso compararte con otros adversarios, incluso compañeros de partido, que son los más peligrosos.
  3. Entre todos los seguidores, seguro que se logra movilizar a un grupo de cibervoluntarios, tan importantes hoy en día, incluso localizar talento, ese bien tan preciado.
  4. Puedes lanzar tus opiniones sin necesidad de argumentarlas, a cualquier hora sabiendo que serán rápidamente atendidas y sin necesidad de contestar a las preguntas que te formulen. Y, si hay alguna, puedes retrasar la respuesta ganando tiempo para pensar. O callar.


Sí, no tengo duda. Si fuese político tendría un tuiter. Aunque, no crean, no me hago muchas ilusiones con el tuiter de los políticos porque, al igual que unas gafas de juguete, sirven para para pasar el rato, pero ni mejoran la visión ni se lleva todo el tiempo.

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