Una pena que fuese de noche. El video no se podía usar. El caso es que allí estaban los dos caracoles, sobre la superficie de mármol, mojada, en Las Meanas. El primero disponía de una mayor ventaja, mientras su perseguidor se movía con más velocidad. El primero trataba de cerrarle el paso. Pura estrategia.
Y allí, viendo esa carrera de velocidad entre dos seres sinónimos de lentitud recordé que los antónimos pueden convivir. Frente a la naturaleza, lo salvaje, podemos levantar la cultura, el respeto, la civilización.
Sí, curioso. Eran dos caracoles compitiendo por llegar lo más pronto posible no sé a donde. Tal vez a ningún lugar.