Ayer jueves, Alberto Rendueles, en adelante mi abogado, me preguntó por un apunte que había escrito hacía unas semanas sobre una determinada empresa. En ese comentario, criticaba su actividad y los calificaba con palabras que a ellos les parecen muy graves y ofensivas. Pues bien, el abogado de esa empresa, aseguró ayer a mi letrado que estudian querellarse contra el Archipiélago. Por ese motivo, no cito al ente ni reproduzco los términos utilizados. De momento, la única conclusión es que se ve que no les gusta la libertad de expresión.
El asunto queda ahí. No sé si seguirá hacia adelante o no.
Confío en la administración de Justicia y en la defensa del derecho de todos los españoles, bloguen o no, a decir lo que quieran y como quieran, a expresar su opinión del mundo y a quejarse si se consideran maltratados.
