miércoles, 5 de marzo de 2008

Carta abierta a moseñor Rouco

Estimado Monseñor:
Sirva la presente para felicitarle por su re-elección como presidente de la Conferencia Episcopal Española. Dios nos ha puesto en este mundo para servir y no para ser servidos y, como modesto católico de base, es una satisfacción ver como nuestros pastores demuestran con el ejemplo esa vocación. No dudo que el ejemplo de Cristo, su espíritu de denuncia, también impulsan su magisterio.
Afronta numerosos retos en los próximos años, con una Iglesia situada en una sociedad cambiante, convirtiéndose en un actor más en un escenario público donde debe regir un sano laicismo. Me gustaría aportarle consejos sobre lo que se debe hacer o no, pero uno no alcanza a tanto. Tan sólo le aseguro que, en mis oraciones, solicitaré al Espíritu Santo que le guíe en la tarea, siempre difícil, que usted y sus compañeros de la Conferencia Episcopal Española inician esta semana.
Afectuosamente
Fernando del Busto

La alegría de Llamazares

En esta campaña política donde hemos tenido tan pocas alegrías para el cuerpo y la constatación de la mediocridad de nuestros dirigentes tan sólo Gaspar Llamazares aportó un poco de esperanza a las ilusiones de regeneración democrática por la que uno suspira. Y tampoco mucha, no se vayan a creer.
El caso es el siguiente. Mi fuente es El País, por si detectan algún error. En resumen la situación es la siguiente: en el proceso de elaboración de las listas en la Comunidad de Valenciana (uno de los pocos lugares donde aún logran diputados), el sector crítico con Llamazares ganó e impuso su lista. Tanto que en los puestos de salida no aparece ningún candidato afín a Llamazares. Estos pegaron el portazo y se fueron de IU para crear un nuevo partido que aspire por el voto de la ultraizquierda que, a consecuencia de la división, puede quedar fuera del parlamento. ¡Qué grandes estrategas!
A lo que voy, ante el dilema de apoyar a los suyos, que se han ido, o a quienes no lo quieren, pero siguen en IU, Llamazares lo tuvo claro: su partido es Izquierda Unida y hará campaña con IU, aunque sean de otra corriente. Y allá fue, o no, pero, con ese planteamiento, demostró que algunos de los principios de la democracia aún se pueden aplicar. ¿Cual?, me pregunta la Tila. Pues que uno debe defender su partido y acatar los resultados de la mayoría. Y, si no te gustan, te vas, pero no andas incordiando. ¿Y dónde está el problema? Calla, Tila, calla, y vamos a pasear que no llueve.

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