En contra de lo que muchos dicen, no está nada decidido. Lo único que nos salva hoy es que se trata de la jornada de reflexión. Nos libramos de intervenciones políticas y los candidatos descansan en libertad vigilada. Una palabra de más en el bar puede provocar la pérdida de cinco votos, decisivos en los restos; un gesto ante los vecinos ayudará a extender su buena o mala fama. La maquinaria de los partidos se engrasa para la jornada decisiva. Interventores, apoderados, teléfonos móviles, bocadillos, coches... Tensión ante el día D. 27 M. Así en clave, ojos al cielo. La lluvia nos beneficia; el mal tiempo perjudica al contrario... Están desanimados, van como motos. Meses de trabajo, semanas exprimiendo la voz hasta la afonía y, mañana, a partir de las 21.30 comenzará a saberse los resultados, conocer las opiniones, los primeros análisis. Y, el 28 de mayo, con los carteles de última hora aún frescos, comenzará otra carrera electoral hasta las legislativas de dentro de diez meses. Agarrense, que hay curvas.
