lunes, 5 de febrero de 2007

Ser lunes

Este lunes me está doliendo más que otros lunes y, si fuese por mí, seguiría en la cama planchando las orejas y escuchando los ronquidos de la Tila en el pasillo. Lo único bueno de este lunes es que ayer fue domingo, pero un buen domingo. Uno de esos domingos que da gusto recordar. Desayunamos con bollería de La Casería, a primera hora, con la ciudad despertando y la casa oliendo a café y escuchando cuartetos de Mozart.
Después el gustazo de leer el periódico. En cierta manera, eso de hacer un periódico me recuerda mucho el oficio de los panaderos. Cuentas con los mismos ingredientes, haces la masa, dejas que fermente y al horno. Y, a la hora de probar, hay días que encuentras un pan rico y en otro te sorprendes con un mantecado de lo bueno que queda. Ayer nos tocó mantecado, con ese pedazo análisis de Jesús González sobre la Cofradía. Periodismo del bueno. Da gusto trabajar con compañeros así. Y luego rematado con la crónica que Christian hizo de la celebración de la VIrgen de Las Mareas, trabajo fino, llevando bien el espíritu de la fiesta y las palabras de Goyo. Me tengo que repetir: da gusto tener compañeros como estos.
Como es domingo también fue tuve la oportunidad de leer a Manuel Vicent en El País y disfrutar de su prosa y sus reflexiones... Si hoy logro salir pronto de la redacción y llego a la función de Norma Aleandro, será un gran inicio de semana.

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