miércoles, 28 de febrero de 2007
Crónicas avilesinas
martes, 27 de febrero de 2007
El egoismo de Calatrava
lunes, 26 de febrero de 2007
Ronquidos en el Pleno
"La Laboral tiene a Rosina Gómez, con 20 años de experiencia y
espera atraer a 250.000 visitantes al año; nosotros al bueno de
Natalio..."
Entonces, un ronquido se escuchó en todo el salón de Plenos. Pensamos en una psicofonía, pero no, era un ronquido de verdad.
"No tienen nada, venden humo. Anuncian una gran exposición
cuando van a ser cuatro fotografías en la calle"
El ronquido se repitió. Surgieron risas. El mito de los políticos aburriendo al pueblo. Joaquín seguía como un estoico, desgranando sus críticas hacia el gobierno. Lo más grave, al menos para mí, es que el tipo que roncaba estaba sentado a mi derecha. A duras penas contenía mi risa. ¿Y si se despierta de mal humor y me caen un par de bofetadas? La situación se mantenía y de la hilaridad se pasaba al bochorno. Entonces, Purificación García me mira fijamente y dice: ¡Fernando, haz algo! ¿Qué hago?, pienso. No tengo a Tío Google para buscar una salida moderna, así que recurro al clásico codazo suave.
El durmiente se movió y cesó de roncar. A los pocos segundos, vuelven sus bufidos. Ya más tranquilo hice un ruido con la boca y se tranquilizó. Más tarde otro codazo, y otro codazo. El resto del Pleno, lo durmió en silencio.
Una vez terminada la sesión, el durmiente se dirigió hacia el tresillo situado a la entrada de la parte noble, de los despachos del gobierno. No esperaba café con leche y zumo de naranja, que sería lo apropiado. Sólo conversar con algunos concejales. Cosas del cargo. Como excusa, argumentó que la noche anterior había dormido poco. Haylos con más imaginación.
Correspondencias (y 3)
-Oye, pero ¿te escribes con esa gente?, me pregunta la Tila.
-No, no me escribo.
-Entonces, ¿por qué titulas correspondencias, si no hay carta o correo electrónico por medio?
-¿Acaso no es la lectura una forma de correspondencia, aunque si acuse de recibo ni dirección?
-No sé, no sé. Te me estás quedando muy pedante y cada vez paseamos menos.
Vuelvo a Savater, en CNN+:
"Hitler hablaba del 'problema judío' cuando en realidad él era el único problema. Del mismo modo, el 'problema vasco' es una invención violenta del nacionalismo radical".
domingo, 25 de febrero de 2007
El corazón de las ruinas (2)
sábado, 24 de febrero de 2007
Terror en el supermercado
En cambio, un sábado por la mañana es un momento peligroso. Uno, por ejemplo, a la hora de ir a pagar casi pega con el palo de la fregona a la cajera. Menos mal que la chica anduvo rápida de reflejos. De lo contrario, a esta hora estaba en Comisaría declarando.
En el pasillo de conservas, un adolescente sigue a su madre. Yo camino detrás de él, buscando las latas de bonito. ¿Por qué no seguirán todos los supermercado la misma ordenación? Suena los Bee Gees y el chaval suelta el carro, gira sobre si mismo, lanza un gritito y pilla la primera lata a mano que lanza sobre el carro.
-Josua, déjate de tonterías
Pero Josua sigue ajeno a los consejos maternos y sigue con su particular recolección. Hasta que se lleva por delante a un par de consumidores.
Luego está la cola larga y la pelea con las veteranas para encontrar el mejor sitio. Menos mal que hoy llevaba el palo y lo usé en plan Bruce-Lee.
-Señora, que tengo que blogear.
-No me diga guarradas, que soy una viuda decente.
Desde luego, los sábado no es aconsejable ir al supermercado.
viernes, 23 de febrero de 2007
Observaciones de un extranjero
"Únicamente estos días, con la discusión del Estatuto catalán, los ánimos están algo excitados. Corre el rumor de que el Estatuto elaborado por los catalanes no se aprobará, y sí uno que hagan las Cortes, sin detrimento de la unidad nacional -sagrada, intangible, indivisible- pero que tampoco cercene las aspiraciones autonómicas de Cataluña, por lo menos en materia administrativa, en una forma análoga al concierto económico que tiene desde hace muchos años las Vascongadas. Se aprobará un Estatuto, no el que presentaron los catalanes, sino el que hagan los españoles. Pero el terrible problema hay que resolverlo en la forma más española posible, porque el eludirlo no sería más que un aplazamiento grave, y quien sabe las responsabilidades que trajera para el futuro"
"Me levanté y le di la mano.-Dear. I thank you, very much.-Y yo en la suya, por si les mosques- me contestó impasible, en una fracase cuyo sentido ha resultado más oscuro para mí que las anteriores.
jueves, 22 de febrero de 2007
Accidente de tráfico
miércoles, 21 de febrero de 2007
Cómo leer unas obras completas
Revista de prensa
Se suicidan, fijaos
ARCADI ESPADA
Imagínate 3.381 muertes al año en España. Más muerte, desde luego, que la que resulta de asesinatos o accidentes laborales. Más, incluso, que las muertes por accidentes de tráfico. Ahora imagínate que ningún periódico español hablara de ello, y habrás comprendido que hablo de suicidas, concretamente del número de personas que se suicidaron en España en el año 2005. ¿Una cifra brutal? Desde luego. Y piensa si le añadiéramos los suicidas que eligen el método del accidente de tráfico. Pero hay otras más brutales, como las de Europa del Este, repúblicas bálticas, Dinamarca o, ¡pásmate joie de vivre!, las de Francia, donde se suicida un policía a la semana. No es extraño que Sarkozy, encarando como suele, haya hablado en estos términos, y en plena campaña electoral: «El suicidio de los jóvenes es la gran enfermedad del siglo». Y la prensa, la española y otras prensas, no habla de este asunto. ¿Por qué?
El mito tiene antecedentes más o menos precisos. Está la publicación de Werther, la novela de Goethe, en 1774, que desató, aunque la documentación no parece del todo fiable, una oleada de suicidios (soi disant) por amor; está una tesis doctoral de Paul Moreau de Tours, De la contagion du suicide, (1875) y, finalmente, el libro de Paul Abry, La contagion du meurtre (1896). Yo no he leído la tesis, pero sí leí hace tiempo el libro de Abry, donde incluye un reconocimiento a Moreau en estos términos: «Entre los vivos no puedo olvidar a mi querido maestro Paul Moreau de Tours, que en su tesis y en otras obras importantes ha demostrado la importancia deletérea de la prensa». La fundamental investigación de Durkheim sobre el suicidio negaría la plausibilidad de esta influencia. Durkheim es todavía un nombre en la ciencia; pero Moreau y Abry son polvo de eruditos. Sin embargo, sus tesis se han mantenido con una llamativa obstinación: buena parte del pensamiento periodístico contemporáneo aún examina con aprensión la posibilidad del contagio.
Le pedí al psiquiatra Juanjo Jambrina, al que conoces, que me proporcionara algún material sobre la relación entre el suicidio y los medios. Entre lo más interesante están las reflexiones de Keith Hawton, director del Centro de Estudios del Suicidio de Oxford y las orientaciones generales que tanto la Organización Mundial de la Salud como la Asociación Americana de Suicidología han publicado sobre el tratamiento que el suicidio debe recibir en los medios. Se alude, repetidamente, a determinadas experiencias en Canadá y Austria, que en su momento experimentaron una disminución notable del índice de suicidas que se tiraban al metro a partir de que no se publicaran en los periódicos los detalles sobre el método. Otros estudios aluden, por ejemplo, a una oleada de suicidios en Hong Kong por inhalación de monóxido de carbono, y en cuyos detalles reparó la prensa acaso en demasía... contagiosa. No parece descabellado suponer que pueden darse modas sobre los métodos de suicidio y que los medios pueden contribuir a establecerlas. Pero esa redundancia en los métodos no quiere decir, obligatoriamente, que la publicación de las notas periodísticas contribuya al aumento general de los casos.
La exhibición de cualquier conducta humana puede provocar emulación, y no se ve por qué el suicidio debería quedar al margen de los abusos infantiles, la violencia doméstica o el robo con escalo, que participan cada día en el espectáculo de los periódicos. El suicidio es un acto de violencia (aunque por lo general sólo incluya como víctima a uno mismo) y los actos de violencia son habituales en los medios. Pero es que, además, hay algo mucho más importante: la exhibición no sólo provoca emulación; también protección. Una comunidad que conoce sus peligros se defenderá mucho mejor de ellos. Si es verdad que el suicidio, y especialmente el juvenil, se vislumbra como uno de los males del siglo, parece lógico empezar a tomar conciencia de ello. Los periódicos son ideales para este trabajo. No hace falta decir que los buenos periódicos: porque entonces sería justo añadir, y los buenos psiquiatras y los buenos novelistas. Esa toma de conciencia colectiva se realiza tan sólo, en nuestros periódicos, cuando el suicida es un personaje conocido, o al menos lleva prendido su fulgor, como en el caso de la hermana de la Princesa Letizia. Lo que en realidad no sirve ni para la conciencia ni para lo colectivo. En una de las más deliciosas pruebas de su hipocresía, el periodismo persignado, que se niega a publicar, por temor a la emulación, que un joven cualquiera se tiró al metro, no vacila a la hora de hacerlo con un personaje público. Aun sabiendo que la emulación crece exponencialmente cuando es un personaje público el que ofrece un modelo de conducta, el periodismo se encoge de hombros y se aferra a su poderosa ley de la noticia. Yo la conozco muy bien, esa ley, y hasta la respeto: lo que me jode son las pamplinas de la trampa. No se debe decir que no se publican noticias de suicidios porque favorecen la emulación. Lo que se debe decir es que no se publica la muerte de un don nadie por más suicida que sea. Si piensas esto hasta el fondo, puede que te lleves alguna sorpresa. Porque, en realidad, muchas de las noticias violentas que se publican en los periódicos tienen un trasfondo que va mucho más allá de la natural curiosidad por lo insólito. El trasfondo es, ya te lo insinuaba antes, la necesidad de protección. Conviene saber que hay una ola de robos en chalés, aunque se trate de chalés de don nadies. Quiero decir que a los don nadies les conviene organizar su protección. Tal vez debiéramos organizar la protección de una enfermedad que causa (así calculan las fuentes de Jambrina) un millón de muertos en el mundo cada año.
Entre los sistemas de protección destaca el propuesto por las asociaciones suicidológicas. Exigen a los medios que traten el suicidio como una enfermedad mental. Ésta sí me parece una exigencia razonable. Durante decenios, y gracias sobre todo a la tendencia psicoanalítica, el suicidio ha estado infectado de literatura. Esa infección contribuye a explicar el mito de la emulación. La literatura ha convertido al suicida en un ser prestigioso y valiente, capaz de dar un puntapié a una vida indigna de vivirse. El periodismo se apuntó desde el primer momento a esta posibilidad. Para el periodismo, las explicaciones estrictamente culturales de la conducta son como el pan que se come: el periodismo puede entrevistar a una madre represora, a la amante autora del despecho; incluso al jefe de personal; pero no puede entrevistar a un gen. Las recomendaciones de los profesionales me parecen, en este punto, adecuadas: también porque el acento sobre la enfermedad permite relativizar a ese otro dios del ripio mediático que es el libre albedrío y su influencia en hacer del suicida un soberano absoluto de su voluntad.
Acabaremos sonriendo con humor negro. El psiquiatra Jambrina me rescata de la sima del tiempo el caso de Iznájar. Lo estudió el doctor Castilla del Pino. El pueblo cordobés tuvo durante una época una tasa de suicidios tres veces superior a la media española. Contagio. El suicidio como cultura, diría un obvio gestor cultural. ¿Asocias Iznájar?
Aún no me explico cómo sus adversarios no lo incluyeron entre los contrargumentos electorales. Un hombre tan reconcentrado, silencioso, con tanta vida interior, catalán de Iznájar.
Sigue con salud.
A.
martes, 20 de febrero de 2007
Malos amigos
lunes, 19 de febrero de 2007
Correspondencias (y 2)
“Aquel que tiene derecho a voto en esta legislación se llama ciudadano. La única cualidad exigida para ello (…) es ésta: que uno sea su propio señor (sui iuris) y, por tanto, que tenga alguna propiedad (incluyendo en este concepto toda habilidad, oficio, arte o ciencia) que le mantenga; es decir, que en los casos en que haya de ganarse la vida gracias a los otros lo haga sólo por venta de lo que es suyo.” (Kant, Teoría y Práctica, Alianza 2004)
—Espasa, le seré franco: no me gusta que cite… al toro, dándole pico.
—No le entiendo
—Esa frase de Kant se la ha hecho a medida
—Me deja helado.
—Sabe de lo que le hablo. En medio de los puntos suspensivos dice: “aparte de la cualidad natural (no ser niño ni mujer)”.
—Sí, dice eso.—¿Por qué no lo puso?—Era irrelevante para el propósito: esas palabras están demasiado fechadas.
—Y fue su error no considerarlo correctamente.
—Why?
—Están fechadas, pero en nuestro tiempo: ya sólo gobiernan niños y mujeres".
domingo, 18 de febrero de 2007
El corazón de las ruinas
en nuestros cuerpos. Lugares dentro de nosotros
atravesados por una vieja luz que todavía se reclina.
Lugares que ya no existen pero que perviven repletos de sensaciones,
como las extremidades de un fantasma.
También la ciudad lleva ruinas en su corazón.
Anhela ser tocada en lugares
que sólo recuerda.
sábado, 17 de febrero de 2007
Una cita para el jueves
viernes, 16 de febrero de 2007
Jueves de Comadres
jueves, 15 de febrero de 2007
De política y ortografía (metabitácora 3)
miércoles, 14 de febrero de 2007
La lista de IU
martes, 13 de febrero de 2007
Correspondencias
"Nunca la libertad de expresión estuvo tan amenazada como en estos momentos. En unos años, sufriremos la crisis de credibilidad que sufrieron los media americanos desde la década de los 70 y que aún no han superado del todo. Espero que en provincias estéis mejor por aquí. Las redacciones se han convertido en un coladero de inútiles,trepas y aspirantes de políticos. La gente joven sólo se preocupa por el dinero y su formación presenta lagunas que dejan bastante que desear. Lo de TeleMadrid puede ser broma al lado de lo que se avecina y la purga de Televisión Española acojona a más de uno. En los consejos de redacción cada vez hablamos menos de periodismo y más de conspiraciones y facturación publicitaria.
Nunca he sido pesimista, pero ahora comienzo a tener motivos. Deberíamos retomar esa idea del hotel rural".
lunes, 12 de febrero de 2007
Conversaciones
-Buenos días Fernando.
-No me gusta nada tu cartel de precampaña.
-¿Además de las críticas del PP?
-Además de las críticas del PP, no me gusta la foto. Da impresión de un montaje, deberías buscar un diseñador mejor.
-No es un montaje, es efecto del teleobjetivo.
-A mí me da esa impresión. Y no me gusta.
-Pues a mí si me gusta.
(...)
-Buenos días Manolo.
-Buenos días Fernando.
-No me gusta nada tu cartel de precampaña.
-Pero no está hecho con dinero público, que no somos socialistas. Lo pagamos nosotros, los del PP.
-No, si no me refiero a eso, si me refiero a tu foto.
-Pues a mí me gusta.
-No es que, de natural, seas un bradpit, pero es que la foto no te hace justicia. Da miedo. Las madres ya dicen a los niños: si no comes todo, te llevo a ver el cartel de Manolo Peña.
-Eres un exagerado.
-Que no, Manolo, que no. El fiscal de Menores ya está pensando en intervenir.
-A mí me gusta. Es la imagen de un liderazgo sereno, con sus proyectos para la ciudad, una imagen de ilusión para el futuro.
-Pues a mi me da miedo.
(...)
-Buenos días, Fernando.
-Buenos días, Fernando.
-Aún no he visto tu cartel de precampaña.
-Es que no lo encontramos.
-¿El qué?
-Una valla suficientemente grande para mi foto.
-Ahhh, igual adelanto mi marcha al Cerillero.
-Buena elección, desde allí tendrás una buena perspectiva para verlo.
domingo, 11 de febrero de 2007
De viajes por la red
sábado, 10 de febrero de 2007
Culo, polla, tetas
-No es tan grave, jefe.
-Sí, es gravísimo. Has perdido el 50% de entradas de la bitácora. Ya no te lee ni Juan Vega.
-Joder, sí que es grave. ¿Qué hacemos? ¿Estamos perdidos?
-Nosotros no, tú sí; pierdes tu capacidad de influencia en la ciudad. El partido no podrá contar contigo.
-¡Dios mío! Y el piso del Cerillero sin pagar.
-Va a ser tu primera semana en la que no ganas lectores. No perdonamos errores.
-¿Y si cuento la pataleta de Rañón en la exposición de Darío de Regoyos?
-No me jodas, Fernando, que igual se estropea el pacto.
-¿Recordamos la web falsa del San Fernando y lo que decía sobre Peña?
-No me jodas, Fernando, que hay que pactar la reforma del Estatuto e igual estropeas el consenso.
-Ya lo tengo jefe, ya lo tengo.
-¿Funcionará?
-Como la seda. Titulamos y ya va:
Caca, culo, pollas, tetas, coños, lolitas cachondas, jovencitos solos buscan maduros, maduras quieren jóvenes, coñitos salvajes, te voy a comer, universitarias se lo montan en la residencia...
Ya está, a sentarse a esperar y que tío Google nos arregle la audiencia.